miércoles, 4 de septiembre de 2013
domingo, 8 de abril de 2012
"Eating in Place"
the hint of mint in the cheese suggesting what the goat has eaten, the terroir of the wine reminding you of the lime in the stone you stand upon, so that you can stand up for the land that has offered it to you.
martes, 20 de marzo de 2012
un movimiento de amor
LOVE Movement es un movimiento de amor a la regia naturaleza que celebra la idónea maniobra que es la creatividad humana en el desarrollo sustentable, artístico, y –sobre todo- espiritual, con fines de despertar la conciencia colectiva y restablecer la armonía entre todos.
Mucho se comenta de nuestras acciones para dejarle un mejor planeta a nuestras futuras generaciones y a nuestros queridos hijos, pero, ¿Qué hay de dejarle mejores hijos y mejores futuras generaciones a nuestro querido planeta?
En algún momento en la historia de la humanidad, grupos de personas observaron un aumento en bienes individuales cuando actuaban con desamor, y así el resto aprendió también, condicionándose a ver la vida y, por consecuencia, a comportarse antropo- y ego- céntricamente; en otras palabras, como si los intereses de los seres humanos debieran recibir atención moral por encima de cualquier cosa en el planeta, y más aparte, ya dentro de su sociedad, como si ellos debieran recibir atención moral por encima de cualquier otro ser en la humanidad. De este modo, la gente fue lentamente buscando nada menos y nada más que satisfacer su propio interés. Los problemas comienzan a surgir en un sistema egoísta como este porque la satisfacción es una condición patógena, donde uno sufre cuando no logra satisfacerse, y se hace dependiente cuando sí.
Como con la comida chatarra, por ejemplo, si nuestro interés o ideal es saborear y comer una deliciosa dona frita, buscaremos la manera de satisfacer ese antojo, al grado tal vez de pasar por encima del bien común, como robarle dinero a alguien o mentir para poder conseguir la fritura. Entonces pasa que si no logramos conseguir esa dona, es probable que nos consideremos decaídos, frustrados, molestos, ansiosos, y caigamos en otro tipo de vicios para satisfacernos, sea o no sea con otro alimento, porque psicológicamente solo querremos sentirnos capaces de satisfacernos a nosotros mismos, dado que esto, a final de cuentas, es lo que nos creemos subconscientemente desde ya muchas generaciones. Entonces podríamos recurrir a la violencia, queriendo dominar a otros, causando daño emocional a otros con nuestras palabras o actos, o simplemente guardándonos el desagrado, causándonos reacciones psicológicas y subconscientes de inferioridad e inseguridad, lo cual lleva a todo tipo de inestabilidades mentales y espirituales, dejándonos en un círculo vicioso de comportamientos patógenos.
Ahora, también existe la posibilidad que logremos satisfacer ese antojo de comernos la dona frita. Queda claro que esta fritura carece de sustancia nutritiva, y más aun, contiene azúcares, carbohidratos, y grasas de más, lo cual puede afectarnos negativamente la salud, incrementando el riesgo de diabetes, obesidad y colesterol alto, entre otras cosas. En otras palabras, ¡no nutre! Solo nos satisface el sabor, no el bienestar. Entonces, ya habiendo satisfecho nuestro interés, nuestro antojo, concebiremos un placentero sentimiento de grandiosidad, un momento de gloria, el cual se registra en nuestros procesos mentales como “felicidad”, como algo que nos gusta, algo que querremos volver a hacer, volver a lograr. Típicamente funcionamos con la teorética medida hedónica que guía nuestro comportamiento a nivel físico y mental, intentando hacer más de lo que nos causa placer, y menos de lo que nos causa dolor. El problema es que no guía nuestro comportamiento o conciencia espiritual, entonces, primeramente, no es felicidad si no mas bien satisfacción lo que se logro. Y, la satisfacción, vuelvo a repetir, es una condición enfermiza y temporal. Hace una buena imitación de la felicidad, parece felicidad, huele a felicidad, sabe a felicidad, y hasta se siente como felicidad. La diferencia es que la felicidad abarca todo nuestro ser y mas allá. Y aquello que abarca todo nuestro ser y mas allá tiene que primero nacer en nuestro espíritu, de adentro hacia afuera, del interior al exterior. De igual forma, solo todo lo que nace en nuestro espíritu se expande a todo nuestro ser y más allá. El amor y la felicidad, por ejemplo, nacen en el espíritu, y se expanden infinitamente una vez que sean manifestados. Claro que, podría argumentar que vienen siendo la misma cosa. Pero en fin, la satisfacción, en lo contrario, no nace del espíritu. La satisfacción abarca toda nuestra estructura de sentidos, en otras palabras, nace en el exterior, por medio de nuestros sentidos fisiológicos, y se expande limitadamente a la facultad mental logrando causar reacciones químicas o procesos mentales, los cuales son muy pasajeros, soltando tan solo una cantidad de neurotransmisores, o químicos, en el cerebro que duran solo el tiempo suficiente para permitirnos sobrevivir, evitando el dolor, y persiguiendo el placer constantemente; un sistema bastante básico y también importante en la evolución de organismos, sin embargo, también un sistema que no requiere elevar la conciencia, que no requiere manifestar nada desde el espíritu, y que se queda estancado en un círculo vicioso de sensaciones de carencia, ambición y compensación temporal. Entonces, regresando al ejemplo, ahora tendremos un afán a consumir donas fritas, porque estas nos generan un placer fisiológico, el cual confundimos con verdadera felicidad. Terminaremos con una pequeña, o peor, adicción con el consumo de donas y al mismo tiempo, depravando nuestra salud física, mental, y espiritual.
Como se puede concluir después de esta explicación, cuando no pensamos con amor, nuestros pensamientos tienden a ser patógenos, y esto es serio por que ¡los pensamientos alimentan a nuestro ser! El tipo de pensamientos que tenemos es el tipo de ser que manifestamos, entonces con un espíritu y mente insalubre es muy fácil crearnos problemas en lo cotidiano. Pero si una forma de pensar patógena nos ayudó a crear los problemas en primer lugar, y no cambiamos nuestros pensamientos por pensamientos de amor, ¿Cómo queremos y esperamos resolverlos con aun la misma tendencia patógena que tenemos? Bien dijo Albert Einstein, “no podemos resolver nuestros problemas pensando de la misma manera y con el mismo nivel de conciencia que cuando los creamos”; entonces, si queremos vivir mejor y resolver nuestros problemas, tenemos que comenzar a pensar con amor, tenemos que manifestar los pensamientos desde el espíritu, desde el interior, y esto nos eleva nuestro estado de cociencia. Porque solo así podremos lograr mejores sucesos, Einstein lo entendió así también cuando dijo: “Los conceptos y principios fundamentales de la ciencia son invenciones del espíritu humano.”
Si queremos un mejor planeta, no tenemos que ir a salvar al planeta, en planeta no necesita ser salvado, el planeta ha estado aquí desde hace 6 billones de años, de los cuales la mayoría estuvo sin seres humanos, entonces también podrá con nosotros y después de nosotros. Los que no han podido, pueden y podrán con nosotros seremos nosotros mismos si no nos re-integramos a nuestro sistema, el sistema de la naturaleza que fuinciona con las leyes de energía, de espíritu. Nos hemos condicionado tan intensamente a ignorar nuestra espiritualidad que ya no creemos ni en nuestra capacidad, y un día podríamos terminar acabándonos física y mentalmente los unos a los otros por completo.
Es momento de despertar conciencia. De manifestar amor, de tomar riendas y dejar el círculo vicioso y limitado para unirnos de nuevo con nuestro espíritu, que es el espíritu de la naturaleza, de la tierra y de todo el universo, y por eso abarca todo nuestro ser y más allá, porque es el espíritu de todo, ilimitado e infinito.
Pero, ¿Cómo?
Sinceramente,
LOVE Movement Internacional
jueves, 6 de enero de 2011
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